Todos hemos escuchado en varias ocasiones a la mujer de Zapatero afirmar que no se encontraba cómoda viviendo la Moncloa y lo cierto es que Sonsoles Espinosa no se acostumbraba a la vida de su marida. Aunque pintan bastos para el PSOE y las encuestas vaticinan una derrota segura en las urnas del año que viene, la decisión de dar un paso atrás despeja el futuro de la familia Zapatero-Espinosa y cobra nitidez el regreso a León como residencia estable por más que el todavía presidente pase algunos días a la semana en Madrid, sea en la Fundación Ideas, en el Consejo de Estado o en cualquier otro cometido, o viajando por el mundo. De esta forma, se confirma la idea de que Zapatero se sentía deudor de su mujer y sus hijas y en cada minuto de su estancia en La Moncloa “consideró legítima la petición de Sonsoles de no alargar mucho más el paréntesis.” Esto lo afirmó en un artículo de El Mundo Óscar Campillo, director del diario deportivo ‘Marca’ y antiguo responsable de El Mundo de Castilla y León. Además, Óscar Campillo sabe de esto ya que escribió la biografía de Zapatero, ‘Zapatero, presidente a la primera’. Hasta su hermano y su padre también están muy satisfechos de la decisión tomada. Lo que más les convence es recuperar las añoradas conversaciones familiares y las jornadas de pesca o de paseos por el campo o la montaña.
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